La Educación Secundaria Obligatoria es una etapa muy decisiva para la vida personal, moral e intelectual de los jóvenes.

Es una etapa en la que el alumno descubre que la clase es el primer lugar de estudio, y el colegio, un lugar de crecimiento personal. Y esto, con el tiempo, le hace entender y valorar por qué va al colegio.

En la ESO se educa la razón y la libertad del joven, y esto le prepara para la vida real, que es difícil y exige esfuerzo y dedicación. Se le enseña a pensar bien y decidir inteligentemente.

La escuela propicia un buen ambiente, que facilita que el alumno se ponga en primera persona frente al estudio y su vida.

En nuestra ESO las materias instrumentales, lenguas (catalán, castellano, inglés y alemán) y matemáticas, son centrales, ya que estructuran la cabeza del joven y le capacitan para aprender más y mejor. El buen aprendizaje de ambas es fundamental y desempeña un papel principal a lo largo de toda la etapa porque les favorece el aprendizaje del resto de materias.

También es decisiva la capacidad de establecer conexiones interdisciplinares, de modo que el alumno pueda reconocer el carácter unitario del saber. Estudiar de memoria deja paso a un estudio de comprensión, donde la razón toma el protagonismo y relaciona los distintos saberes.

Los alumnos pasan a tener un profesor diferente por cada materia, deben tomar apuntes, hacer deberes diariamente, y deben estudiar cada semana. Es un cambio que es necesario acompañar desde casa, siguiendo los criterios de la escuela.

Al mismo tiempo, en esta etapa surgen otros intereses: los móviles, el tiempo de ocio, etc, y lo que se construye con mucho esfuerzo en la escuela y en casa, a menudo se rompe y no se consolida por el contrapeso de lo que hacen en el tiempo libre. Por eso es muy importante la relación familiaescuela, para poder acompañar bien a los hijos-alumnos.

Todas las propuestas de salidas y convivencias están pensadas y organizadas por la escuela. Por tanto, los alumnos van siempre acompañados de sus profesores.